Restauración de la emblemática Torre de Hércules


11 abril, 2017

El faro, símbolo de A Coruña, recupera su esplendor

Desarrolla ha sido la encargada de una actuación de restauración en el monumento arquitectónico más notorio de la ciudad de A Coruña, La Torre de Hércules.

Dichos trabajos han consistido en la actuación sobre dos de las cámaras interiores del famoso faro, cerradas al público en la actualidad debido a varios desprendimientos de elementos de la bóveda y de uno de los paramentos verticales.

Debido a la ubicación y la antigüedad de este monumento, sufre de distintas patologías, que afectan a distintos elementos del edificio. En el año 2010 se realizó un estudio detallado del estado de la Torre, en el se constataba la conservación de las cámaras 0D y 2D, y que se tomó de referencia en los estudios realizados actualmente, observándose que el estado de las bóvedas y los paramentos no empeoró desde entonces, pero que era necesaria realizar algún tipo de actuación.

Se decide realizar una intervención para consolidar y estabilizar las fábricas de piedra de las bóvedas y los paramentos, así como de las juntas en las fachadas más deterioradas, con el empleo de mortero de cal, para restablecer el sistema de evaporación natural y también la eliminación de sales a través de dichas juntas, y no a través de las piedras (lo que provoca su deterioro).

Dichas intervenciones se consideran imprescindibles para la apertura al público de dichas cámaras. Se pueden resumir en dos apartados:

1. Documentación y análisis para la identificación de las patologías, conocer las fases constructivas del monumento y recoger la información necesaria para la intervención restauradora.

2. Trabajos de conservación del monumento, consistiendo en la eliminación de sustancias ajenas a las propias fábricas y la reposición de morteros en las juntas.

Tras un meticuloso control arqueológico y de restauración, se realiza con éxito la eliminación de restos de cemento de anteriores actuaciones, que con mayor o menor acierto se ejecutaron en épocas pasadas, así como de elementos ajenos a la fábrica.

Posteriormente se procede a la limpieza de los muros y los pavimentos, eliminando restos ajenos a la fábrica y manchas que perjudican a la conservación de las piedras. En la zona de las bóvedas, se procede a su consolidación mediante el uso de morteros adecuados, indicados por los estudios arqueológicos previos realizados.

Para finalizar, se realiza al saneado de las juntas, y la extracción de sales en las piedras afectadas por el paso del tiempo, intentando recuperar el aspecto original de las piedras que conforman las distintas fábricas.