Cómo se hizo la coraza del Orzán


10 marzo, 2013

Las obras de remodelación de la coraza del paseo marítimo del Orzán han consistido en la renovación del pavimento y el mobiliario urbano, la construcción del monumento en honor a los conocidos héroes del Orzán, y la recuperación de los restos de la muralla aparecidos durante las obras, según el proyecto diseñado por los arquitectos José Manuel López Mihura, Sonia Romero y José Luis Rey.

El encargo ha supuesto un gran reto debido a lo ajustado del plazo y a diferentes vicisitudes surgidas durante la ejecución.

Con anterioridad al inicio de  los trabajos, resultaba necesario proceder al acondicionamiento de la superficie, retirando el mobiliario urbano existente, y delimitando y vallando el área de actuación, de unos 1.330 m2.

Tras la delimitación se dió comienzo a los trabajos de replanteo y demolición.

Los elementos urbanos existentes son retirados y trasladados a una zona de almacenaje para poder ser reubicados posteriormente.

Se continúan los trabajos de picado y excavación, demoliendo y retirando la cimentación tanto de la farola como del mástil de la bandera existentes.

Una vez se ha limpiado la zona, se inicia la apertura de las zanjas para la cimentación de la escultura y de las canalizaciones eléctricas.

La zanja, proyectada para albergar las instalaciones de iluminación a los distintos puntos de la coraza, se realizó respetando la anterior instalación por la que circulaban los diferentes tubos de iluminación de la coraza.

Véase el plano 4 del Proyecto de Intervención, con la zanja de iluminación trazada en rojo.

Una vez retirada la solera existente se descubre bajo ella una placa de hormigón armado de entre 20 y 40 cm de espesor, lo que requirió proceder a su picado con el fin de abrir una zanja que alojase los tubos de iluminación y que permitiese de igual modo la realización de las zapatas necesarias tanto para la colocación del mástil de la bandera como del monumento.

Zanja para instalación de los tubos de iluminación en la parte sur de la coraza.

Zanja central para instalación de los tubos de iluminación, en la que se aprecian los antiguos tubos de la anterior instalación.

Durante los trabajos de excavación para las zapatas del monumento, se descubren en la zona de la punta del espigón, restos de estructuras arqueológicas relacionadas con la fortificación del siglo XVIII.

Zapata abierta para la instalación del mástil de la bandera española, donde no fueron encontrados restos arqueológicos.

En el plano 5 del Proyecto de Intervención se recoge la ubicación original de las zapatas del monumento.

Apertura de la zanja del monumento Z4, en la cual se hallaron restos arqueológicos.

En la zanja 3, ya se pueden apreciar los restos del macizado cortados por una zanja que alberga restos de tubería de gres.

Debido a la aparición de estos restos en la zapata Z3, junto al hallazgo del pavimento original del siglo XVIII en las zapatas Z1 y Z2, ubicadas más al norte, resultó necesaria la paralización de las obras, comunicando de manera inmediata dicho hallazgo a la Xefatura Territorial de la Consellería de Cultura de la Xunta de Galicia en A Coruña, así como al arqueólogo municipal, con el fin de que se adoptasen las medidas oportunas.

En la excavación para la zapata 1, se aprecian restos del antiguo pavimento bajo de la solera de hormigón. Se muestran además los daños producidos en los años 90 para la colocación de la bandera azul de la playa.

Se delimita la zona arqueológica, procediendo a la limpieza y excavación de la solera existente.

A pesar de que el proyecto de urbanización suponía un impacto mínimo sobre el elemento arqueológico, se propuso, por parte del técnico arqueólogo del Concello de A Coruña la realización de un control arqueológico durante el proceso de obras, en cumplimento del artículo 56.3 de la Lei 8/1995 de Patrimonio Cultural de Galicia.

Se reanuda el normal desarrollo de las obras limitándose a aquellas que no afectasen a ningún resto arqueológico. Para ello y según las directrices de los técnicos de la Consellería de Cultura, se desplaza la ubicación del monumento hacia el sur, a una zona del espigón donde las zapatas no supusieran afección arqueológica alguna.


Instalación de los tubos de iluminación


Instalación de la iluminación sobre la placa de hormigón

Nueva ubicación de las zapatas del monumento, aprovechando la zapata 4 del primer replanteo.

En esta zona se continúan las obras con normalidad, ya que no se encuentra ningún resto arqueológico. Debajo de la placa de hormigón lo que se hallaba era el relleno constructivo de los años 60 y 90 del siglo pasado.

A continuación se procede al armado y hormigonado de las zapatas.

Y se continúa armando y hormigonando el pavimento continúo, una solera de hormigón pulido.

El replanteo de los pavimentos del proyecto se completa con la reposición del solado de granito en el perímetro de la coraza.

Se da comienzo a la ejecución de los bancos lineales de hormigón, eliminando aquellos que se habían proyectado más próximos a la punta de la coraza.

Estos bancos modulares dispuestos al borde de la coraza mantienen un claro carácter de reversibilidad. Su disposición elevada sobre apoyos plásticos permiten que el agua de la lluvia discurra libremente por debajo, y permite su movimiento para reubicación o adaptación a las determinaciones o directrices que elaborase el «Plan Director do Sistema Defensivo da Coruña».


Encofrado, armado y hormigonado de los bancos modulares ejecutados in situ.

Se procede al desencofrado de los bancos y a la colocación de las luminarias.

Se procede a la colocación del monumento en su nueva posición, más retranqueada de la punta de la coraza, para evitar invadir la zona de hallazgos arqueológicos.

Estas dos piezas escultóricas con forma de cinta ondulada se realizan en taller empleando chapa de acero. Una vez en el lugar, se lleva a cabo un proceso de anclaje que ofrece la posibilidad de volver a ser trasladado o reubicado.



Los trabajos realizados en el área de aparición de los restos de la coraza consistieron en la recuperación y puesta en valor de los restos del solado del baluarte hallado.

El proyecto de actuación llevado a cabo en esta zona se recoge en esta planta reformada de la punta del baluarte.

Una vez efectuada la limpieza de la zona y redactado el correspondiente informe arqueológico, se procede a la ejecución de su entorno con un pavimento continuo de hormigón que distinga claramente la zona de actuación. A continuación se restituirán las piedras dañadas con piedras de la misma procedencia y con un tratamiento idéntico al de los restos encontrados.

Se recupera el antiguo sistema de evacuación de aguas pluviales, disponiendo un canal perimetral realizado en el solado de hormigón, con aliviaderos practicados en el muro pétreo del espigón, siguiendo el despiece la piedra original a través de sus juntas. Una base de vidrio laminado transparente cubre el canal de desagüe original de la muralla, permitiendo una visión frontal y superior del antiguo sistema.

La iluminación y el balizamiento del área se resuelve con foco empotrados con lámparas tipo led de haz abiertos, ocultos en el canal perimetral.

El resultado final:

Un proyecto cuya limpieza y sencillez en el modo de ocupación de la superficie de la Coraza, cede todo el protagonismo a la singular escultura conmemorativa de los héroes del Orzán. La respetuosa intervención llevada a cabo en los elementos constructivos originales del BIC, se realiza en cumplimiento del artículo 39 de la Lei 8/1995.

Estado final de la zona arqueológica tras las obras

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